INTRODUCCIÓN
En la actualidad muchas de las comunidades van perdiendo sus costumbres
y tradiciones. Es lindo ver las calles adornadas, la gente entusiasmada, llena
de alegría en festejar con su familia. La tradición no es más que todo
aquello que una generación hereda de las anteriores y, por estimarlo valioso,
lega a las siguientes; y lamentablemente, la moda, la tecnología, entre otras
cosas, van apagando esa sabiduría que nuestros antepasados nos transmiten, con
esperanza de que las costumbres y tradiciones no se pierdan, que prevalezcan
años y las generaciones futuras continúen con los que ellos empezaron, dando
valor e identidad al pueblo al que pertenecen.
Esta investigación está enfocada a eso, dar
identidad al pueblo de Casasano, que contra viento y marea, ha llevado hasta la
actualidad lo que los ancianos han celebrado desde años atrás, recordar lo importarte
que es, y cuál es el significado de las celebraciones que ahí se llevan a cabo,
ya que muchas veces no sabemos qué es lo que en realidad pasa.
A continuación
se presenta una reseña, donde se muestra, breve y conciso, los eventos que se
dan en la Fiesta de la Virgen de Guadalupe y del Carnaval; se trata de
enfatizar la esencia, el significado, la importancia de cada acontecimiento,
ya que se puede afirmar que Casasano es una de las pocas comunidades que
conserva sus tradiciones, resaltando que este poblado no llega a compararse con
las fiestas de otros municipios, pero en cambio conserva y aviva todo aquello
que llena de orgullo el ser parte de Casasano.
La invitación
está hecha, sólo falta que sigas leyendo y te adentres a lo que las raíces de
esta comunidad te quieren transmitir. Es satisfactorio aprender de lo que un
pueblo es, hace y conserva, porque la historia y el pasado siguen prevaleciendo
año tras año, de generación en generación.
Casasano es un
poblado caracterizado por varias cosas: infraestructura, ya que tiene su propio
asoleadero (lugar donde los agricultores de arroz y maíz exponían al sol su
siembra), las galeras (pequeña construcción de cuartos donde le daban asilo
temporal a los jornaleros que venían de otros estados), la estación del tren,
la iglesia, que data del año 1723, el ejido, el cual comprenden varias
extensiones de tierra que dan sustento a varias familias de este poblado, donde
se siembra principalmente caña de azúcar y también la existencia de los
invernaderos, la hacienda y el ingenio, el cual desde muchos años atrás
produce azúcar y en tiempos anteriores destilaban alcohol, siendo la base
económica de la mayoría de las familia en Casasano.
La mayor parte
de la historia de este poblado está relacionada al ingenio. A principios del
siglo XVII, el ingenio pasó a ser propiedad de Gordian Casasano, contador juez
oficial de la Real Hacienda de la Nueva España, quien poseía una regular
extensión de tierras de sembradío muy cercanos a San Pedro Mártir, pueblo que
hasta la fecha eterniza su nombre. La historia de la Hacienda de Casasano se
remonta a la época de la colonia como la hacienda de San Pedro de Casasano. En
el año de 1598 Gordian Casasano contrató los primeros trabajadores para
explotar las tierras sembradas de caña, de esa época pasó por varios administradores que no están registrados en la historia. De 1905 a 1910 la
Hacienda pasó a ser de Francisco Vélez con una producción de azúcar de 933
toneladas; posteriormente durante la zafra de 1910/1911 produjo 1,151 toneladas de
azúcar y 820 toneladas de panela, la cual fue una Zafra exitosa e increíble. Durante 1912-1913 estalló la Revolución en la región por lo que no se tuvo zafra, los cañaverales fueron quemados por los Huertistas en la persecución de
Emiliano Zapata. Posteriormente la Hacienda fue abierta para su producción pero
su trabajo era intermitente hasta que en 1942 un empresario visionario, Don Juan
Barrales, constituyó la empresa denominada “La Abeja”, S. A., la cual se preocupó por sembrar caña e invertir en el trapiche hasta formarlo como Ingenio.
Actualmente
toda la infraestructura sigue presente algo característico de esta comunidad
que día a día lucha por conservar la historia de años pasados.
La tradición, por
ser la forma más sencilla de comunicar o transmitir los valores y las
manifestaciones culturales y artísticas en el correr del tiempo, es también la
manera más sencilla y directa de hacer la historia.
La tradición,
por ser historia viviente y comunal, tiene una dimensión humana, una dimensión
social, una dimensión geográfica y otra temporal, y sobre todas estas
cualidades, la virtud de amalgamar al hombre presente con su pasado y con su
terruño. Es el hilo que teje la malla de generaciones y que da sentido, color,
sabor, perfil, carácter cultural y fisonomía social.
En nuestro país
tenemos muchas tradiciones a lo largo del año, y de un modo u otro, todas ellas
se relacionan.
María Moliner
define fiesta como “el conjunto de actos extraordinarios […] con que se celebra
un acto familiar o, para regocijo público, se organizan en un sitio público con
motivo de algún acontecimiento o en fechas señaladas en el año”.
El primer
elemento es su condición de extraordinario. Los días de fiesta son diferentes a
todos los demás, se les espera e implican preparativos. El otro aspecto
importante de la fiesta es la razón por la cual se celebra. Evidentemente, hay
celebraciones familiares, en ellas, lo que se celebra es un acontecimiento
especial en la vida: matrimonios, bautizos, cumpleaños, nacimientos y muertes.
Pero así como la vida de la gente tiene días comunes y días de fiesta, las
ciudades, los santos y sus santuarios así como la tierra, tienen los suyos. Los
días memorables hay que festejarlos de manera especial.
Las fiestas mexicanas reflejan y representan el mestizaje, pues los indígenas y
los españoles no sólo mezclaron sus genes, comidas y palabras, sino también creencias y
desde luego, las fiestas.
“Dos sangres hermanadas, aunque antagónicas en su origen, cuando se derramaban de manera literal. Pero más sangre ha nacido de este venturoso mestizaje, que aquella pérdida para lograr la asimilación”. José N. Iturriaga.
México es un país alegre. El calendario festivo registra más de 5,000 fiestas anuales en todo el país. En las fiestas cívicas se conmemoran eventos históricos como la independencia, una batalla ganada o el nacimiento de un conciudadano distinguido.
La iglesia, en nuestro caso la católica, también tiene su propio calendario de festividades para conmemorar momentos especiales para los creyentes. Existen fiestas patronales dedicadas a los santos patronos que protegen un gremio, un pueblo o un barrio. Tanto los Santos como las Vírgenes y los Cristos de los santuarios tienen sus propios días festivos. Por último, las fiestas de origen prehispánico honran a la tierra, nuestra madre, quien tiene que ser tratada de manera especial algunos días, y tanto ella como las otras fuerzas de la naturaleza que la complementan, responden a un calendario en el que los ciclos agrícolas, los rituales prehispánicos, la iglesia católica y la cultura europea se reúnen para hacerles los honores. Para tal efecto se realizan las fiestas de glorificación del ciclo solar, las fiestas de fertilidad y prosperidad y las fiestas de la oscuridad y penitencia.
En casi todo el
país se honra el 12 de diciembre, a Nuestra Señora de Guadalupe, la Virgen que
se apareció en el cerro del Tepeyac, donde los mexicas veneraba a Tonantzin,
madre de los Dioses, Casasano no puede ser la excepción, ya que en su día es la
fiesta mayor en este poblado, la mayoría de la población es 100%
guadalupano, la fe de la virgen morena invade a todos los habitantes de ahí.
También hay otra
fiesta patronal de gran importancia, a San Pedro Mártir, que se celebra el 29
de Abril, en la cual se celebra de la misma forma que a la Virgen, pero sin tanta fuerza.
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