miércoles, 11 de diciembre de 2013

Convento San Marcos Tlayecac, Ayala

1605. Construido sobre  los cimientos  de una pirámide prehispánica. Al inicio dependía del convento de San Agustín (Jonacatepec) y luego al de Zacualpan.

Tlayecac es un comunidad centenaria y tiene mucha historia aún por revelar. Aquí te contamos un poco de lo que pudimos encontrar:
Época prehispánica

El origen de Tlayecac se remonta hasta a los años 1300 a.C., cuando olmecas provenientes del estado de Veracruz y Tabasco llegaron a poblar parte del estado de Morelos, dedicados principalmente a la caza, pesca y agricultura. Durante el florecimiento de los toltecas, se establecieron relaciones comerciales entre el centro de Morelos y la gran ciudad de Teotihuacan.
Para los años 1200 a 1300 D.C. Los tlahuicas y xochimilcas, de habla náhuatl, ocupan el estado de Morelos. De esta ocupación nace el Tlalnahuac.
Los Tlahuicas estaban bajo la dominación de los Mexicas, emprendida por Metecuzoma Ilhuicamina en los pueblos del Tlalnahuac. Como dominados, tenían que rendir tributo a los aztecas, con productos como algodón, maíz, frijol, chía, amaranto, plumas preciosas, cerámica, papel amate y varios tipos de bienes de guerra, que eran pagados al señorío de Yecapixtla
La presencia de los Tlahuicas data del periodo azteca temprano (1100-1350) al tardío(1350-1521) y se extendió por todo el estado de Morelos. Muestra de la presencia prehispánica en Tlayecac puede encontrarse prácticamente en cualquier casa y en muchos de los campos que la rodean, tales como figuras humanas de barro, guias para hilados, restos de vasijas y recipientes y hasta caras de excelente manufactura en piedra.




La conquista
Después de la conquista, los pueblos de Tlayacac (Tlayecac), Tecpatzinco (Tepalcingo), Atotonilco, Xalostoque (Jalostoc), Usuchapa, Tetelilla, Xonacatepeque (Jonacatepec), Xantetelco (Jantetelco) y Amayuca, pertenecieron a Hernán Cortés y luego pasaron a manos de su hijo natural, Martín Cortés, quien se estableció en Tepoztlán. Los tributos pagados antes a los aztecas, ahora eran un beneficio de los Popolocas (“salvajes” en lengua nahuatl), como eran llamados los inquisidores españoles.
Los pueblos anteriormente mencionados fueron considerados patrimonio de la Corona Real, ya que pagaban tributo y se consideraban como tierras denominadas realegas. Aunque más tarde por falta de descendencia masculina por parte de la Familia Cortés, pasó por línea Femenina a los duques de Terranova, más tarde a los duques de Monte Leone, que no residían en Morelos, ni siquiera en México; no les interesaba la política sino las rentas de las tierras y los tributos cobrados mediante administradores.




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